Han cegado a Narciso

Estuve hace poco en casa del poeta José Mas, cuyo poemario 'Espejismos' no ha quedado entre los finalistas de los Premios de la Crítica, cosa que hay que achacarla a que los votantes desconocen su existencia. Me ha entregado su nuevo poemario, 'Han cegado a Narciso', del que escribiré una reseña cuando lo haya leído.

José Mas es ciego y además Doctor en Filología Románica, Catedrático de Lengua y Literatura y pianista. Se codea con la flor y nata de los literatos españles. Ha editado muchos libros en Cátedra, de Vicente Aleixandre, de José Luis de Sampedro, etc.

Al entrar en su portal, he advertido que estaba tocando el piano y con el fin de disfrutar de su música he decidido subir andando los cinco pisos que llevan a su casa andando.

He charlado un poco con él, no mucho porque ya era tarde. Pero antes de ir a mi casa he entrado en una panadería en la que hacen un pan fresado que me gusta, por si les quedaba alguno, cosa que a esas horas ya no suele suceder. Quedaba uno y lógicamente lo he comprado. Le he propuesto a la panadera leerle un poema como pago del pan. Ella hubiera salido ganando porque el dinero ensucia lo que toca, una faltriquera, un cajón, lo que sea; en cambio una poesía limpia y ennoblece el espíritu; hubiera sido cambiar alimento por alimento. Pero no lo ha entendido así y he debido echar mano del vil y pérfido metal para llevar a cabo el intercambio.

Ya en casa he comenzado a leer el primer poema, Mi cuerpo y yo:

Me conocí de niño muy imperfectamente;

pues el espejo que, al nacer, venía en mi equipaje

presentaba algunas rajaduras y manchas.

Tratando un día de limpiarlo y lañarlo

para poder mirarme en él

y contemplar a su través el mundo,

se me escurrió de entre las manos

y se hizo añicos.

Ningún vidriero pudo recomponerlo;

y mucho menos sustituirlo,

porque la fábrica de origen