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Miércoles, 16 de Febrero de 2011 Tiempo de lectura:
Consejos odontológicos

Halitosis y su tratamiento

¿QUE ES LA HALITOSIS?

 

El mal aliento es un problema común de la condición humana, que ha afectado a gran parte de la población mundial desde tiempos inmemoriales. El problema es tan antiguo que incluso lo encontramos reportado en los escritos de griegos y romanos.

Halitosis es el término médico y científico usado para nombrar el mal aliento. Se deriva del latín halitus (aliento) y el sufijo griego osis (acción de un proceso patológico).

Se estima que el 25% de las personas puede presentar el síntoma de manera permanente o crónica, y más del 50%, de forma temporal o transitoria.

El mal aliento es un problema personal que la mayor parte de la gente evita tratar o comentar. Preocupa tanto a quien lo presenta y tiene conciencia de su situación, como a su entorno familiar y social. Muchas veces por pena o respeto guardamos silencio al ser incapaces de mencionarlo con las personas cercanas que lo padecen.

Quienes sufren de halitosis necesitan de su propia aceptación  y la de otros, para superar una condición que afecta su calidad de vida

CAUSAS DE LA HALITOSIS

Distinto de lo que tradicionalmente se piensa, la principal causa de la halitosis es bacteriana. En la boca son comunes bacterias como las anaerobias Gram negativas, que hacen parte de la flora oral y habitan los lugares con poco oxígeno en la cavidad bucal, como los tejidos blandos y especialmente detrás de la lengua. Estas bacterias se alimentan de los desechos de alimentos proteínicos que quedan atrapados en los lugares donde habitan, además consumen células muertas de la dermis y algunas proteínas de la saliva.

Las bacterias originan compuestos sulfúricos volátiles (CSV), como el sulfuro de hidrógeno (olor a huevos podridos), el metil mercaptano (olor a heces) y dimetil sulfuro en cantidades pequeñas. Estos gases malolientes se evaporan de forma rápida y son exhalados en el aliento. Además de los anteriores compuestos, el mal olor oral también puede ser causado por cadenas cortas de ácidos grasos como el butírico (olor a manteca rancia), propiónico (olor a vómito) y ácidos valéricos (pies mal olientes); igualmente por los poli-aminos como la putresina (olor a carne podrida) y la cadaverina (olor a cadáver). Estos compuestos resultan de la descomposición realizada por bacterias orales que contienen péptidos y aminoácidos de la saliva, fluidos cervicales gingivales, sangre y células epiteliales descamadas.

Algunos procesos metabólicos también pueden afectar el olor del aliento. Esto quiere decir que la manera como se consumen ciertos alimentos y bebidas puede impactar en el aire exhalado

CAUSAS ORALES

La halitosis surge especialmente de alteraciones que afectan la dentadura, las encías, la saliva, la lengua y las mucosas de la boca.

Dentales

No usar hilo dental ni cepillarse diariamente facilita el alojamiento de partículas de alimentos entre los dientes, la lengua y alrededor de las encías. Éstos, al descomponerse pueden causar mal aliento. Otros nichos orales causantes de malos olores son: las piezas dentarias en mal estado o las restauraciones inapropiadas, la placa sobre los dientes, las dentaduras postizas y las prótesis removibles a las que no se les hace una higiene adecuada. Igualmente las infecciones pulpares (ulceración que drena a través de la comunicación cariosa hacia la cavidad oral), la pericoronaritis (proceso infeccioso agudo que se observa en pacientes jóvenes, entre la segunda y tercera década de vida por erupción de cualquier diente, fundamentalmente en los terceros molares) y hasta las dentaduras apiñadas, pueden dar origen al mal aliento. Por último, otra posible causa de halitosis son las complicaciones postoperatorias de cirugías reconstructivas orales.

 

CAUSAS EXTRAORALES DE HALITOSIS

Respiratorias

Después de las causas orales, las afecciones respiratorias son la segunda fuente de halitosis.

 1.-Ví­as respiratorias altas

Tienen como función desplazar el aire desde y hacia los pulmones, además de filtrarlo, humedecerlo y calentarlo. Las vías respiratorias altas comprenden: Nariz, cavidad nasal, senos paranasales, laringe y tráquea.

Algunas afecciones en estas vías pueden originar el mal aliento, como en el caso de la respiración oral (la que se hace a través de la boca), porque de esta forma se reduce la cantidad de saliva y se reseca la cavidad bucal. Así mismo, las infecciones virales (resfriado común, gripe, influenza), bacterianas o micóticas de la bucofaringe serían fuente para la halitosis.

A continuación se detallan otras causas.

Sinusitis, Laringitis, Faringitis

2.-Gastrointestinales

Contrario a lo que se piensa, el mal aliento que se origina en el tracto gastrointestinal, es considerado muy raro, dado que la función de este sistema, está aislada de las vías respiratorias y el esfínter esofágico en la entrada del estómago está cerrado permanentemente, excepto durante la deglución, y es sólo cuando se eructa, que se expulsan gases por la boca provenientes del estómago. Los gases exhalados de esta manera, normalmente no se mezclan con el aire espirado, y su olor generalmente es característico de la comida o bebida recientemente ingerida.

ALIMENTOS Y BEBIDAS QUE INFLUYEN  EN EL ALIENTO

Se conoce, desde tiempos remotos, la incidencia de algunos alimentos y bebidas en el olor desagradable del aliento, e incluso, en el olor corporal. Generalmente estos olores obedecen al metabolismo de ciertas sustancias que luego son expulsadas y eliminadas del organismo mediante el aire emanado de los pulmones, flatulencias, orina, heces y glándulas sudoríparas y sebáceas (que secretan material graso sobre la piel, como el acné). Las repercusiones de estos alimentos y bebidas pueden ser moduladas de acuerdo a la manera en que se consuman (cantidad, frecuencia, preparación, horarios, etc.). De ello puede depender el olor personal y las relaciones con el entorno social.

Alimentos órgano-sulfurados

Se identifican con este nombre, los alimentos ricos en compuestos de sulfuro (azufre), presentes en vegetales de la familia de las coles (brócoli, repollo, coliflor, col de Bruselas); en la cebolla y el ajo. El penetrante olor de estos alimentos puede estar presente en el aliento de quien recientemente los ha consumido, y su intensidad depende de las cantidades ingeridas y del metabolismo de cada persona. El olor puede prolongarse hasta por un período de 72 horas, afectando tanto el aliento como el olor corporal. En el caso del aliento, las sustancias metabolizadas de estos alimentos son incorporados al flujo sanguíneo a través de la mucosa gástrica y luego son liberadas a los pulmones, de donde son expulsadas por el aire exhalado. Lo anterior conlleva a que los esfuerzos en el cepillado y el uso enjuagues bucales sean simples paliativos, que sólo enmascaran momentáneamente el desagradable olor. El hedor permanecerá hasta que el organismo lo elimine por completo.

La cantidad y frecuencia en el consumo de estos alimentos, sumado a las funciones metabólicas y a otras manifestaciones odoríferas bucales, pueden incidir notablemente en la calidad del aliento, agravando la situación cuando se padece halitosis por otras causas. Sin embargo, el mal olor puede manifestarse sólo cuando éstos son ingeridos.



Bebidas alcohólicas

El típico tufo, es el aliento que producen las bebidas alcohólicas. Dependiendo de la manera como se consuman, así como del metabolismo de cada persona o de las características del olor exhalado de la boca, se puede tornar en un aliento pestilente.

Las bebidas alcohólicas se alojan en el intestino delgado, salvo una pequeña dosis que se traslada a la sangre a través de la membrana mucosa. Pero, la mayoría del alcohol llega a la sangre por medio de las paredes del intestino delgado y es el hígado el encargado de eliminar el alcohol de la sangre. Una muy reducida cantidad de alcohol evita el metabolismo y se elimina, sin cambios, a través del sudor y la orina, y también a través del aliento, por medio del aire exhalado de los pulmones. El etanol, compuesto volátil presente en las bebidas alcohólicas, posibilita que una cantidad de alcohol pase de la sangre a los sacos de aire alveolar en los pulmones.

El metabolismo del alcohol es más lento que su absorción. Su rapidez depende de la velocidad con que el estómago lo desplace al intestino. Un elevado contenido de grasas en el estómago retarda el vertido al intestino, haciendo más largo el proceso de absorción y amortiguando la embriaguez. Las mujeres absorben y metabolizan el alcohol de una forma diferente a los hombres, de tal forma que consumir la misma cantidad de alcohol, ellas presentarán concentraciones más altas de alcohol en la sangre que los hombres.

Las bebidas alcohólicas pueden resecar la boca, disminuyendo así el flujo salival, e impidiendo el barrido mecánico de microorganismos. De esta forma se potencia la acción de las bacterias anaerobias Gram negativas, productoras de compuestos sulfúricos volátiles (CSV). Recordemos que esto se debe a un ambiente pobre de oxígeno.

El consumo de bebidas alcohólicas, durante y después de su ingesta, puede causar halitosis temporal o transitoria, agravar la situación de quienes la padecen o hacerla permanente o crónica en quienes beben habitualmente.
La manera en que se consuman estas bebidas (cantidad, frecuencia, acompañadas de alimentos, etc.) puede ser determinante en el olor del aliento.

 

TRATAMIENTO DE LA HALITOSIS

De gran ayuda para el tratamiento de la halitosis resulta un confidente, alguien cercano a nuestra cotidianidad (compañero/a afectivo, familiar o amigo), a quien de manera desinhibida se le pueda indagar sobre la calidad del aliento que exhalamos. El confidente es de suma importancia, gracias a que con él podemos tener más seguridad sobre los avances del tratamiento, así como poder establecer un método de evaluación que nos permita identificar las situaciones críticas para nuestro aliento (alimentos que pueden impactar, bebidas, hábitos, medicamentos, etc.). Sinceridad palabra clave.

Criterios para el tratamiento de la halitosis

Orales

Ya que las mayores causas de halitosis son de origen oral, la primera fuente que debe ser evaluada y tratada es la cavidad bucal. De no obtenerse resultados positivos, se deben evaluar las causas por otros orígenes

A.- Higiene oral

Revise sus hábitos de higiene oral.  Limpiar la cavidad bucal adecuadamente puede ser la solución de la halitosis, cuando el problema se origina por esta causa. Un buen aseo de la boca, incluyendo siempre la lengua, previene la proliferación de agentes bacterianos responsables de olores desagradables, enfermedades orales y extraorales, y hasta mejora el sentido del gusto.

La higiene oral, en el tratamiento de la halitosis, se enfoca a la reducción mecánica y química del total de microorganismos de la cavidad bucal. La desinfección debe hacerse en todas las áreas de la boca, pues las bacterias pueden trasladarse de un nicho a otro.

Control mecánico   Este control comprende: el cepillado, el uso del hilo dental y la remoción de placa y del recubrimiento lingual, además de la limpieza de prótesis removibles en quienes las usen. El control mecánico de la higiene oral debe realizarse al mismo tiempo que la evaluación de hábitos que pueden afectar el aliento, como el consumo de algunos alimentos, alcohol y tabaco

Tratamiento odontológico

[Img #2224]Visitar con regularidad al odontólogo, es fundamental para mantener una buena salud oral. Si una persona tiene problemas con su dentadura y sufre de mal aliento, lo primero que debe hacer es consultar al odontólogo; igual debe proceder quien no encuentre mejoría con la rutina de higiene oral y no haya visitado al odontólogo por considerar que su dentadura está sana. Se debe ser explícito en indicar que la razón de la consulta es por halitosis, pues esto ayudará a que el odontólogo realice una exploración minuciosa de la boca.

El odontólogo debe estar en capacidad de identificar las fuentes que pueden ocasionar mal aliento, o también puede hacer el diagnóstico o proponer el tratamiento apropiado en los casos de origen bucal. En el caso en que descubra que las causas son extraorales, lo remitirá al médico o especialista correspondiente.

Para tratar los olores bucales es probable que se requiera de una corrección profiláctica. Esto incluye: la eliminación de sacos periodontales, la corrección de áreas de impactación de alimentos y la realización del tratamiento de los tejidos duros y blandos. Un tratamiento odontológico adecuado puede tener como resultado la mejoría en la calidad del aliento del paciente.

Si bien las caries no parecen ser una causa significativa de halitosis, es necesario remover las lesiones cariosas presentes y restaurar la anatomía de los dientes. Las restauraciones con defectos de contorno, se deben reemplazar, al igual que las prótesis fijas o removibles que estén defectuosas.

Tabaquismo

A quien el consumo de cigarrillo afecte notoria y significativamente la calidad de su aliento, y por ende las relaciones con su entorno familiar y social, no tienen una alternativa diferente que reducir su consumo o suspenderlo definitivamente. De continuar con el hábito, se recomienda higienizar la boca después de fumar o utilizar algún producto para tratar de enmascarar el mal olor. Sin embargo, ello no garantiza la eliminación del olor a tabaco. Es el fumador quien debe decidir.

Consumo de café

Diferente literatura sobre la halitosis relaciona el consumo de café con el mal aliento. A este[Img #2225] respecto podemos indicar lo siguiente:

Los hallazgos de un estudio realizado por el Departamento de Microbiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tel Aviv, Israel, el cual fue presentado en la Conferencia Internacional Breath, 2009, en Alemania, sugieren, según análisis in vitro con saliva, que el consumo de café reduce la concentración de compuestos sulfúricos volátiles en la saliva. Lo anterior indicaría que el café no produce mal aliento de manera directa.

 



 Fuente de consulta: http://www.cuidatualiento.com/

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