Lanzan una petición: NO al cierre de la oficina de Cajamurcia en Benissa

Un secreto a voces

Calp o Dénia, serán los municipios donde tendrán que dirigirse los vecinos de Benissa que tengan sus cuentas bancarias en BMN-Cajamurcia. El motivo no es otro que el cierre de esta oficina en la localidad previsto para el próximo día 15 de febrero.

Vicent Ibáñez, vecino de la localidad, ante esta situación ha lanzado una campaña en change.org en la que se solicita a BMN-Cajamurcia que no cierre las oficinas de Benissa.

En el escrito que acompaña la petición ciudadana, explica lo que a su parecer es una injusticia en toda regla:

He tenido conocimiento de que el dia 15 de este mes cierra la oficina bancaria de BMN - CAJAMURCIA en Benissa (Alicante). Después de todo el apoyo económico del gobierno a la banca, esta se ha hecho más fuerte. Cobran por todo y cada vez nos atienden más cerca de la calle. Ya no nos dejan  entrar, los robots, impersonales nos atienden.

En Benissa hay una oficina  de CAJAMURCIA que cierran. Somos muchos los clientes que nos quedamos sin atención. Ahora si quieres algo, a Calp o a Dénia. Creo que es importante decirle que n queremos ese cierre.

Queremos ese tipo de atención, simpática, cercana, amable, no la fría y robotizada.

Finalizaba el escrito solicitando firmar la petición.

Ibáñez no se ha quedado ahí. En un blog, donde relata sus experiencias y sus opiniones, añadía algo al respecto de este tema que invita a la reflexión:

Los otros bancos de la localidad han sustituido a las personas por unos robots, por cuyo ojo se nos dan instrucciones. Por su oído le insertamos un trozo de plástico al que llamamos tarjeta. Por su nariz, como dragón mítico, lanza rayos rosados que leen nuestras deudas. Por su doble boca expulsa dinero o traga dinero. La tragadera es más grande. ¡¡¡Cómo no!!!.

Con el tiempo la CAM de toda la vida fue cambiando y también Bancaja y el Banco de Valencia, “Ali-Baba y los 40 ladrones”, se fumaron el capital de las reputadas y potentes entidades orgullo de los valencianos. Se esfumo, junto con el botín el trato amigo y personal.

Ahora somos cifras de veinte dígitos que exprimen a comisiones.

Cada cual que saque sus propias conclusiones.