Valoración de Alvaro Mendoza del año 2014

Como cada año por estas fechas desde la formación Ciutadans de Benissa deseamos hacer balance del año mediante el análisis de la situación del municipio y de la política local.

Una vez más dejamos atrás un año de decepciones políticas. Un año que nuevamente se resumiría en el inmovilismo político y la frustración de sólo poder ejercer aquello que vulgarmente se denomina el “derecho al pataleo”. En resumen, más de lo mismo, y vuelta a empezar…

Me entristece profundamente ver cómo un municipio como Benissa lleva casi dieciséis años en manos de un mismo equipo de Gobierno, anclado en una política inerte y conformista dirigida por quienes se han acomodado en sus butacas y se limitan a retroalimentarse y vivir de una función pública cuyos mandatos hace ya tiempo que deberían haberse limitado por Ley. Y no me vale aquello de: “gobiernan porque es lo que el pueblo de Benissa ha votado”. Esto sería una verdad a medias, ya que se podría decir que gobiernan al haber obtenido las mayorías que nuestra muy mejorable Ley Electoral determina, pero no hay que olvidar que en las últimas elecciones municipales ni tan solo se alcanzó el 60% de participación ciudadana, por lo que la legitimidad de quienes hace tanto tiempo que gobiernan es, aunque jurídicamente aceptable, moralmente cuestionable.

Vivimos en un pueblo totalmente estancado y adormecido, que ha pasado de ser un pueblo referencia en el sur de la comarca a un municipio que poco tiene que ofrecer a quienes nos visitan. La falta de inversiones y de proyectos serios y ambiciosos por parte del actual equipo de gobierno han condenado a nuestro municipio a un papel secundario en la comarca.

Está muy bien eso de tener unas cuentas saneadas y un presupuesto equilibrado, pero la estabilidad presupuestaria no sirve de nada sin un proyecto de futuro para el municipio y sin una inversión pública que reinvierta el coste de la misma en beneficios para la ciudadanía. En los últimos años en Benissa se ha invertido poco y mal, muy mal. El apartado de inversiones directas (no subvencionadas o financiadas) de los últimos años es ridículo, con porcentajes que rondan el 5% en el mejor de los casos, y grandes proyectos de interés para el municipio están aparcados ad eternum. Sin embargo en los últimos años se ha destinado gran parte del dinero público a subvencionar obras de escaso interés para el municipio.

La falta de miras políticas se evidencia en que a fecha de hoy seguimos discriminando a nuestra zona costera a pesar de ser nuestro principal foco turístico y más importante fuente de financiación. Benissa tiene el dudoso honor de ser uno de los cinco municipios de España con mayor número de viviendas vacías en proporción al número de habitantes (casi un 45% de viviendas vacías), y ese es el más claro ejemplo de que algo se está haciendo mal, muy mal. Tan solo a través del desarrollo sostenible de nuestra zona costera Benissa podrá seguir creciendo como municipio y ponerse a la altura de pueblos de nuestro entorno.

Los Presupuestos municipales aprobados en los últimos años (respaldados únicamente por el PP y el PSD) son un claro ejemplo de estancamiento político y de falta de proyecto para el municipio. El amiguismo y el compadreo han estado a la orden del día en nuestro Ayuntamiento, y cuando ha habido algún trabajador municipal que, o no “gustaba” o “ya no interesaba”, ha sido quitado de en medio inmediatamente con base a criterios meramente políticos. Esto es lo que ha ocurrido este año con tres trabajadores del Ayuntamiento a los que quiero mostrar desde aquí mi apoyo, ya que considero que la decisión de prescindir de ellos fue meramente política y no basada en criterios objetivos o de gestión.

Por todo ello, esperamos que las próximas elecciones municipales que se celebrarán en mayo de 2015 vengan acompañadas de un cambio de gobierno en nuestro municipio. El cambio cada vez es más necesario, y es preciso que así sea percibido por la ciudadanía y que ésta se movilice para lograrlo, ya que como dijo el gran Leonardo Da Vinci "Lo mismo que el hierro se oxida por falta de uso y el agua estancada se vuelve putrefacta, también la inactividad destruye el intelecto". No permitamos por tanto que la inactividad destruya nuestro pueblo...

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