Mirando al mar soñé

En un escrito reciente, decía yo, que: Hablar de Benissa, y no mencionar sus viñedos, es como hablar del mar sin mencionar sus peces.
He de decir que se me olvidó mencionar que el mar (incluido sus peces) forma parte también del inmenso paisaje natural de nuestra localidad.

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Tenemos suerte de vivir en un lugar privilegiado, y podría de este modo, continuar elogiando nuestro inmenso patrimonio, natural, arquitectónico, etc., para terminar afirmando que definitivamente, no apreciamos lo que tenemos.

Resulta paradójico ver a muchos visitantes o turistas, que paguen tanto dinero para venir a disfrutar de unas vacaciones de una semana o de una quincena, y los más afortunados de un mes o más, y a nosotros sin embargo nos cuesta subir a visitar el “El Fuerte de Bernia” (Un claro y maravilloso ejemplo de arquitectura militar renacentista de estilo italiano realizado por el ingeniero Juan Bautista Antonelli por orden del Rey Felipe II en el año 1562 para defender las costas de los ataques otomanos. En 1612, el Rey Felipe III ordenó su demolición para evitar que fuera utilizado por los moriscos rebeldes. Está declarado Bien de Interés Cultural desde el año 2001)

O pregúntese cuándo fue la última vez que bajo a nuestro Club Náutico les Bassetes, a [Img #1486] disfrutar de un café mientras la brisa del mar llena nuestras pulmones de un oxígeno libre de polución, que ya lo quisieran para sí muchos.

¿Saben cuánto es el precio que esto supone para nosotros?

Es necesario recordar que muchísimo menos que, a los veraneantes que sobrevuelan Europa para llegar hasta el aeropuerto del Altet o el de Manises, y finalmente coger un taxi o alquilar un vehículo, para ir al chalet alquilado, u hotel, a donde han reservado sus estancias en nuestro municipio.

Y no, no voy ahora a parar, para hacer cuentas, les invito a que en todo caso las hagan ustedes, y saquen sus propias conclusiones.

Por eso les voy a proponer un pequeño ejercicio de turismo local.

Elijan nuestro recién estrenado paseo ecológico y siéntese en uno de sus bancos que de forma estratégica han sido colocados para contemplar nuestro Mediterráneo.

Siéntense y disfruten de las vistas, dejen volar su imaginación y sueñen, sueñen en todo aquello que les hace ser felices y por supuesto, compartan este momento con sus seres más queridos, con su pareja, con sus hijos, con sus padres.

Y no duden que este momento lo recordarán como uno de esos instantes especiales que a lo largo de nuestra vida, nos acompañará en nuestra memoria.

Mirando al mar soñé

que estabas junto a mí

mirando al mar yo no sé que sentí

que acordándome de ti lloré.