se han cumplido 10 años de una de las peores catástrofes naturales ocurridas en España
Negro Prestige Vs Blanco esperanza
Diez años han pasado, desde aquel fatídico 19 de noviembre
de 2002, cuando un buque cargado con 80.000 Toneladas de crudo y otras cuantas
de imprudencia e irresponsabilidad, se partió en dos a 133 millas, frente a las
costas gallegas. Este fue el origen de uno de los mayores desastres ecológicos
ocurridos en nuestras costas, el Prestige, operado por una compañía griega y
registrado en Nassau, tras días de navegación errática y con una herida de
muerte en su costado de estribor a la altura de la cuaderna 71, terminó por
ceder y terminó sus días de navío en el fondo del océano Atlántico.
Voluntarios, el trabajo parecía inútil pues la marea con sus
idas y venidas volvía a inundar las zonas que ya habían sido limpiadas con
anterioridad.
Pasadas unas horas, las primeras manchas de crudo arribaban
a costas gallegas, anegando de chapapote, rías, playas, puertos e incluso el
alma de tantos y tantos gallegos que veían como se asfixiaba su mar, fuente de
vida y sustento para todo un pueblo. Poco o nada dudó ese pueblo de pescadores,
mariscadores, percebeiros y rianxeiras en echarse a la mar, para con todo
aquello que tenían a su disposición recoger la mayor cantidad de aquella
sustancia repugnante y generadora de muerte.
La épica lucha de David contra Goliat, retransmitida en
directo por la casi totalidad de los medios de comunicación nacionales e
internacionales, hizo que una sociedad en apariencia adormecida, inactiva y
carente de valores, se movilizara en bloque, ajena a las luchas políticas,
originando otra marea pero esta vez de color Blanca.
Manos Limpias, figura que implantamos en esta visita, pues
era necesario tener un voluntario que realizara labores tan sencillas como dar
agua o incluso rascar a los otros voluntarios impregnados con el crudo.
Oleadas y oleadas de voluntarios llegados de todos los
rincones de España, colonizaron las costas gallegas con el único propósito de
arrimar el hombro y colaborar en las labores de limpieza, facilitando el
trabajo de limpieza a las autoridades, ejercito y voluntarios gallegos.
La MAREA BLANCA de la cual formé parte activa, logró
minimizar en parte el desastre ecológico, en mi opinión, este movimiento cívico
marcó un punto de inflexión en el estado de ánimo de la alicaída población
gallega.
Me he sumergido en estos recuerdos con la difícil misión de
transmitir el sentimiento que aquel movimiento ciudadano provocó en la sociedad
gallega. Cada día al bajar de nuestros autobuses, a la vuelta de las duras
jornadas de limpieza, éramos recibidos como héroes a su vuelta de una batalla
épica. Recibíamos agradecimientos de
personas desconocidas, personas anónimas te asaltaban en las esquinas de las
frías y húmedas calles de los pueblos de la Costa da Morte y preguntaban, ¿sois voluntarios? Si, les
asegurabas, sintiéndote orgulloso por tu respuesta…muchas gracias por vuestra
ayuda, te sollozaban con lágrimas en los ojos. Todo esto lo recuerdo con
sentimientos enfrentados, con orgullo y pesadumbre, los voluntarios eran
personas anónimas sin ningún animo de lucro que estaban allí defendiendo su
territorio frente al invasor, era un acto de patriotismo y solidaridad.
Es cierto que se han cumplido 10 años de una de las peores
catástrofes naturales ocurridas en España, pero no es menos cierto que también
celebramos 10 años de uno de los movimientos civiles y patrióticos más
importantes en la España moderna del siglo XX.
EN LOS MONTONES DE ESTIÉRCOL NACEN LAS FLORES MAS BONITAS
![[Img #11566]](upload/img/periodico/img_11566.jpg)
Diez años han pasado, desde aquel fatídico 19 de noviembre
de 2002, cuando un buque cargado con 80.000 Toneladas de crudo y otras cuantas
de imprudencia e irresponsabilidad, se partió en dos a 133 millas, frente a las
costas gallegas. Este fue el origen de uno de los mayores desastres ecológicos
ocurridos en nuestras costas, el Prestige, operado por una compañía griega y
registrado en Nassau, tras días de navegación errática y con una herida de
muerte en su costado de estribor a la altura de la cuaderna 71, terminó por
ceder y terminó sus días de navío en el fondo del océano Atlántico.
Voluntarios, el trabajo parecía inútil pues la marea con sus idas y venidas volvía a inundar las zonas que ya habían sido limpiadas con anterioridad.
Pasadas unas horas, las primeras manchas de crudo arribaban
a costas gallegas, anegando de chapapote, rías, playas, puertos e incluso el
alma de tantos y tantos gallegos que veían como se asfixiaba su mar, fuente de
vida y sustento para todo un pueblo. Poco o nada dudó ese pueblo de pescadores,
mariscadores, percebeiros y rianxeiras en echarse a la mar, para con todo
aquello que tenían a su disposición recoger la mayor cantidad de aquella
sustancia repugnante y generadora de muerte.
La épica lucha de David contra Goliat, retransmitida en directo por la casi totalidad de los medios de comunicación nacionales e internacionales, hizo que una sociedad en apariencia adormecida, inactiva y carente de valores, se movilizara en bloque, ajena a las luchas políticas, originando otra marea pero esta vez de color Blanca.
Manos Limpias, figura que implantamos en esta visita, pues era necesario tener un voluntario que realizara labores tan sencillas como dar agua o incluso rascar a los otros voluntarios impregnados con el crudo.
Oleadas y oleadas de voluntarios llegados de todos los
rincones de España, colonizaron las costas gallegas con el único propósito de
arrimar el hombro y colaborar en las labores de limpieza, facilitando el
trabajo de limpieza a las autoridades, ejercito y voluntarios gallegos.
La MAREA BLANCA de la cual formé parte activa, logró minimizar en parte el desastre ecológico, en mi opinión, este movimiento cívico marcó un punto de inflexión en el estado de ánimo de la alicaída población gallega.
Me he sumergido en estos recuerdos con la difícil misión de transmitir el sentimiento que aquel movimiento ciudadano provocó en la sociedad gallega. Cada día al bajar de nuestros autobuses, a la vuelta de las duras jornadas de limpieza, éramos recibidos como héroes a su vuelta de una batalla épica. Recibíamos agradecimientos de personas desconocidas, personas anónimas te asaltaban en las esquinas de las frías y húmedas calles de los pueblos de la Costa da Morte y preguntaban, ¿sois voluntarios? Si, les asegurabas, sintiéndote orgulloso por tu respuesta…muchas gracias por vuestra ayuda, te sollozaban con lágrimas en los ojos. Todo esto lo recuerdo con sentimientos enfrentados, con orgullo y pesadumbre, los voluntarios eran personas anónimas sin ningún animo de lucro que estaban allí defendiendo su territorio frente al invasor, era un acto de patriotismo y solidaridad.
Es cierto que se han cumplido 10 años de una de las peores catástrofes naturales ocurridas en España, pero no es menos cierto que también celebramos 10 años de uno de los movimientos civiles y patrióticos más importantes en la España moderna del siglo XX.
EN LOS MONTONES DE ESTIÉRCOL NACEN LAS FLORES MAS BONITAS
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