Vivimos momentos complicados y dificiles donde se cuestionan gran parte de las estructuras democráticas
El Gobierno de los idiotas
Hace ya casi 15 años, varios escritores hispanoamericanos,
Plinio Apuleyo (Colombiano), Carlos Alberto Montaner (Cubano) y Vargas Llosa
(Peruano) escribían el Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano, donde
realizaban una crítica a aquellos líderes e intelectuales que se aferraban a
mitos políticos muy alejados de los dictados de la realidad.
Vivimos momentos complicados y dificiles donde se cuestionan
gran parte de las estructuras democráticas. No es menos cierto que es necesaria
una reestructuración en los partidos políticos donde no prima la meritocracia
sino más bien la autocracia, el servilismo al supuesto lider y donde se
penaliza en exceso la crítica, la discrepancia e incluso la capacidad de
liderar nuevas e innovadoras formas de gobierno y gestión.
Época convulsa y fértil para la semilla del populismo y la
demagogia, en la actualidad es sencillo caer en la tentación de practicar un
discurso mal intencionado, un discurso alejado de las realidades y reglas que
rigen nuestro mundo. Si echamos la vista atrás, a mediados del siglo XX, la
vieja Europa estaba plagada, contaminada por líderes populistas, en la
actualidad si miramos a nuestros vecinos latinoamericanos comprobaremos con
desazón como los sátrapas y demagogos han aprovechado las dificultades económicas
para implantar y establecer sistemas poco o nada democráticos, Hugo Chavez en
Venezuela, Evo Morales en Bolivia, los hermanos Castro en Cuba, los Christner
en Argentina… y un largo etc. que no ha hecho más que agravar la situación de
dura crisis ahondando en las diferencias de clases y reduciendo las
posibilidades de crecimiento personal y profesional.
H.L. Menckel definió al demagogo como “Aquel que predica
doctrinas que sabe falsas a hombres que sabe que son idiotas“, no debemos
aceptar discursos llenos de promesas imposibles, no podemos permitir como
sociedad democrática en crecimiento, que los discursos populistas y alejados de
la realidad, ocupen nuestras casas, nuestras plazas y menos aun nuestros
órganos de gobierno.
Si echamos un ojo a los resultados de las elecciones
anticipadas de Grecia, podemos ver como esos discursos demagógicos y populistas
han ganado fuerza y tomado posición en el arco parlamentario, la ultra derecha
y la izquierda radical, han incrementado peligrosamente su representación.
¿La culpa de los ajustes es de los gobiernos que las
aplican? ¿Realmente pueden los griegos elegir no aplicar las medidas de ajuste?
¿Puede uno decidir no pagar sus deudas, sin que ello tenga consecuencias?
La Sociedad Civil tiene el derecho e incluso la obligación
de demandar una clase política formada, implicada, capaz, honrada, transparente
y responsable de sus actos, pero no podemos ni debemos huir de nuestra
responsabilidad como ciudadanos a la hora de discriminar y discernir entre los
discursos populistas y demagogicos y aquellos que aun cuando no traen buenas
noticias nos aportan luz, realidad y nos proponen soluciones difíciles pero
factibles y ciertas.
José Maria Serna www.josemariaserna.es
@josemariaserna
Hace ya casi 15 años, varios escritores hispanoamericanos,
Plinio Apuleyo (Colombiano), Carlos Alberto Montaner (Cubano) y Vargas Llosa
(Peruano) escribían el Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano, donde
realizaban una crítica a aquellos líderes e intelectuales que se aferraban a
mitos políticos muy alejados de los dictados de la realidad.
Vivimos momentos complicados y dificiles donde se cuestionan gran parte de las estructuras democráticas. No es menos cierto que es necesaria una reestructuración en los partidos políticos donde no prima la meritocracia sino más bien la autocracia, el servilismo al supuesto lider y donde se penaliza en exceso la crítica, la discrepancia e incluso la capacidad de liderar nuevas e innovadoras formas de gobierno y gestión.
Época convulsa y fértil para la semilla del populismo y la demagogia, en la actualidad es sencillo caer en la tentación de practicar un discurso mal intencionado, un discurso alejado de las realidades y reglas que rigen nuestro mundo. Si echamos la vista atrás, a mediados del siglo XX, la vieja Europa estaba plagada, contaminada por líderes populistas, en la actualidad si miramos a nuestros vecinos latinoamericanos comprobaremos con desazón como los sátrapas y demagogos han aprovechado las dificultades económicas para implantar y establecer sistemas poco o nada democráticos, Hugo Chavez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia, los hermanos Castro en Cuba, los Christner en Argentina… y un largo etc. que no ha hecho más que agravar la situación de dura crisis ahondando en las diferencias de clases y reduciendo las posibilidades de crecimiento personal y profesional.
H.L. Menckel definió al demagogo como “Aquel que predica doctrinas que sabe falsas a hombres que sabe que son idiotas“, no debemos aceptar discursos llenos de promesas imposibles, no podemos permitir como sociedad democrática en crecimiento, que los discursos populistas y alejados de la realidad, ocupen nuestras casas, nuestras plazas y menos aun nuestros órganos de gobierno.
Si echamos un ojo a los resultados de las elecciones anticipadas de Grecia, podemos ver como esos discursos demagógicos y populistas han ganado fuerza y tomado posición en el arco parlamentario, la ultra derecha y la izquierda radical, han incrementado peligrosamente su representación.
¿La culpa de los ajustes es de los gobiernos que las aplican? ¿Realmente pueden los griegos elegir no aplicar las medidas de ajuste? ¿Puede uno decidir no pagar sus deudas, sin que ello tenga consecuencias?
La Sociedad Civil tiene el derecho e incluso la obligación de demandar una clase política formada, implicada, capaz, honrada, transparente y responsable de sus actos, pero no podemos ni debemos huir de nuestra responsabilidad como ciudadanos a la hora de discriminar y discernir entre los discursos populistas y demagogicos y aquellos que aun cuando no traen buenas noticias nos aportan luz, realidad y nos proponen soluciones difíciles pero factibles y ciertas.
José Maria Serna www.josemariaserna.es
@josemariaserna
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.101