Mis reflexiones
¿De dónde surge el mal?
Esta
pregunta, tal cual está planteada, se me hizo, como si yo tuviera la
respuesta, como si el mal fuera ajeno a quien la hizo. Eso de no
considerar al mal parte de nosotros no debe de ser muy bueno tampoco. El
mal es inherente al ser humano, todos llevamos el mal en nuestro
interior, todos perpetramos el mal con mayor o menor frecuencia. No
tener en cuenta que hasta este escrito contiene algo de maldad, quizá
sea una maldad.
Estimamos
que las hienas son animales dañinos, o al menos las teníamos como tales
hasta hace relativamente poco, y lo cierto es que cumplen una función
en la naturaleza. Ante esto, se podría alegar que la anomalía en la
naturaleza es la propia humanidad, que puede acabar con el planeta
entero, si no fuera porque unos pocos individuos han llevado a cabo
gestas tan grandes que con ellas justifican la existencia de todos los
demás miembros de la especie. Y sin embargo, tampoco estos individuos
ejemplares, dado que eran humanos, estaban, o están, que alguno habrá en
la actualidad, exentos del mal.
El
mal es la ausencia del bien, dicen unos; es la ausencia de empatía,
sentencian otros. Para Albert Camus, una simple mirada despectiva puede
ser la gota que colme el vaso y lleve a alguien al suicidio. De modo que
se puede inferir que el desinterés hacia el sufrimiento ajeno,
cualquiera que sea su causa, es el requisito indispensable para que se
produzca el mal. No tener en cuenta los sentimientos del prójimo, puede
ser el primer paso.
Y
el mal no sólo corre por cuenta de quien lo hace, sino que también hay
que imputárselo a
los testigos, ocasionales o continuados, que responden
con su indiferencia a lo que ven. Aurelio Arteta se refiere a los que
lo consienten. Lo hace precisamente en su libro titulado Mal consentido.
El
mal está ahí. Todos lo hemos hecho más de una vez. Todos hemos sido
testigos indiferentes en más ocasiones de las que quisiéramos reconocer.
Todos hemos sido víctimas en más oportunidades de que hubiéramos
deseado. El problema consiste pues en si la humanidad puede resistir
tanto mal indefinidamente o si algún día comenzará a ser peligroso y
habrá que pensar en reducirlo.
Vicente Torres
http://vientosdelasdosorillas.blogspot.com/2011/09/de-donde-surge-el-mal.html
Esta
pregunta, tal cual está planteada, se me hizo, como si yo tuviera la
respuesta, como si el mal fuera ajeno a quien la hizo. Eso de no
considerar al mal parte de nosotros no debe de ser muy bueno tampoco. El
mal es inherente al ser humano, todos llevamos el mal en nuestro
interior, todos perpetramos el mal con mayor o menor frecuencia. No
tener en cuenta que hasta este escrito contiene algo de maldad, quizá
sea una maldad.
Estimamos
que las hienas son animales dañinos, o al menos las teníamos como tales
hasta hace relativamente poco, y lo cierto es que cumplen una función
en la naturaleza. Ante esto, se podría alegar que la anomalía en la
naturaleza es la propia humanidad, que puede acabar con el planeta
entero, si no fuera porque unos pocos individuos han llevado a cabo
gestas tan grandes que con ellas justifican la existencia de todos los
demás miembros de la especie. Y sin embargo, tampoco estos individuos
ejemplares, dado que eran humanos, estaban, o están, que alguno habrá en
la actualidad, exentos del mal.
El
mal es la ausencia del bien, dicen unos; es la ausencia de empatía,
sentencian otros. Para Albert Camus, una simple mirada despectiva puede
ser la gota que colme el vaso y lleve a alguien al suicidio. De modo que
se puede inferir que el desinterés hacia el sufrimiento ajeno,
cualquiera que sea su causa, es el requisito indispensable para que se
produzca el mal. No tener en cuenta los sentimientos del prójimo, puede
ser el primer paso.
Y
el mal no sólo corre por cuenta de quien lo hace, sino que también hay
que imputárselo a
los testigos, ocasionales o continuados, que responden
con su indiferencia a lo que ven. Aurelio Arteta se refiere a los que
lo consienten. Lo hace precisamente en su libro titulado Mal consentido.
los testigos, ocasionales o continuados, que responden
con su indiferencia a lo que ven. Aurelio Arteta se refiere a los que
lo consienten. Lo hace precisamente en su libro titulado Mal consentido.El
mal está ahí. Todos lo hemos hecho más de una vez. Todos hemos sido
testigos indiferentes en más ocasiones de las que quisiéramos reconocer.
Todos hemos sido víctimas en más oportunidades de que hubiéramos
deseado. El problema consiste pues en si la humanidad puede resistir
tanto mal indefinidamente o si algún día comenzará a ser peligroso y
habrá que pensar en reducirlo.
Vicente Torres
http://vientosdelasdosorillas.blogspot.com/2011/09/de-donde-surge-el-mal.html
Vicente Torres
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