Mi sarcasmo y yo, reflexión de una crítica

Hoy (de ayer)  recibí una crítica, que particularmente me gustó  mucho, por varias razones.

 La primera razón es por que la persona que me la hizo,  es alguien a quien aprecio mucho y merece la pena prestarle atención además de hacérmela (la crítica)  personalmente, de frente y a la cara como mandan las cosas bien hechas.

 La segunda, porque aunque parezca lo contrario, soy en lo personal alguien que acepta las críticas, porque como os habréis dado cuenta más de uno, me paso el día (al menos eso se desprende de mis artículos) criticando, así que no está de más, recibir un poco de mi  propia medicina.

 La tercera es porque creo que ha dado en el clavo con el análisis final  de lo que me dijo.

 Por tanto, podría resumiros para no hacer esto largo, que me dijo de todo menos bonito, pero eso sí, con una calidad para decir las cosas, de esas que asustan, pues si algo sabe esta persona, es decirte las cosas de buenas maneras.

 Y es  precisamente el modo en que digo las cosas,  lo que me recalcó, señalándome  que mis escritos, están demasiado cargados de sarcasmo.

 La verdad es que no puedo negar esta  verdad tan absoluta, y tiene toda la razón del mundo, pero es algo que busco a propósito, porque  detrás del sarcasmo, escondo una rabia contenida, que a su vez, es precisamente lo que me empuja a poder redactar mis escritos.

 Tal vez debiera de buscar otras salidas creativas a mis “ganas” de escribir,  un buen consejo a tener en cuenta.

 ¿Podría cambiar mis formas de escribir?

 Sin duda alguna mi respuesta es un “Sí” rotundo, pero esto sucederá de forma natural pues los caminos de la vida, son siempre de constantes cambios y más tarde o más temprano esto terminará ocurriendo.

Agradezco en todo caso sus recomendaciones,  y  no le prometo, pero sí  le aseguro que intentaré ser más comedido, pero claro a veces me hierve la sangre y es como si mis pensamientos en forma de escritos fueran una vía de escape.

Tendré en cuenta estos consejos.