El Rall de Benissa consolida en la Fustera su templo del esmorzar valencià con producto de proximidad y un Cacau d’Or en tiempo récord

El reconocimiento se materializó en la XI Gala de los Premis Cacau d’Or, celebrada en el Auditori de Torrent, donde se reunió una amplia representación del sector hostelero y de la cultura del almuerzo en el territorio valenciano.

En declaraciones a Benissa Digital, Ximo Crespo explica que el equipo acudió a la gala “con muchas expectativas” porque sabía que El Rall “era uno de los restaurantes que tenía bastantes posibilidades”, aunque al llegar a Torrent la sensación cambió: “Una vez que llegamos allí y vimos con quién competíamos, lo veíamos muy complicado, porque estábamos las primeras espadas a nivel gastronómico en la Comunitat Valenciana a nivel de almorzar”.

El momento del anuncio, relata, fue especialmente intenso: “Cuando dijeron El Rall y salió en el pantallazo, la verdad es que sentimos muchísima emoción. Macarena, yo y la gente del equipo que estábamos allí tuvimos muchísima emoción, vértigo… Y además, con la gente que te da el premio, gente muy reconocida a nivel de redes sociales, etc.”.

Crespo subraya que, más allá del impacto mediático, el galardón tiene un valor especial por la trayectoria todavía corta del proyecto: “En todas las ediciones, que creo que son once, somos el restaurante que ha conseguido un Cacau d’Or en menos tiempo de apertura. En dos años hemos conseguido un Cacau d’Or y no es fácil después de ver toda la competencia que hay”.

El premio, apunta, lo comparten con Nautilus (Forna) y Rafel Restaurant (Pego), los otros dos locales de la Marina Alta distinguidos este año en la categoría de la provincia de Alicante.

El restaurante abrió sus puertas en la zona de la cala de la Fustera hace poco más de dos años, con la idea de consolidar un espacio de cocina mediterránea y de territorio.

Según recuerda Crespo, el esmorzar no formaba parte del plan inicial: “Empezamos haciendo comida sin hacer los almuerzos, pero a los dos meses me di cuenta de que, si estábamos hablando de una gastronomía autóctona, el esmorzar no podía faltar”.

A partir de ahí, el equipo decidió hacer “una prueba de cien días” con los almuerzos. Ese periodo, reconoce, fue el punto de inflexión: “Es nuestro punto de partida. Ahora estoy contentísimo de haberlo intentado porque tenemos, como se dice por aquí, nuestra parroquia, nuestros clientes fijos, y los fines de semana nos cruzamos con gente que viene de València y de Castellón a almorzar. Hacen la ruta del paseo ecológico que tenemos aquí al lado, pero vienen a propósito a probar el almuerzo de El Rall”.

En la carta conviven los bocadillos clásicos con propuestas más elaboradas. El bocadillo estrella es el de pulpo en salsa, que ya obtuvo un reconocimiento específico: “Tenemos los bocadillos de la carta, variados. El nuestro estrella es el que ganó el premio en Apunt, el bocadillo de pulpo en salsa, que fue el ganador”.

A esa oferta se suma un formato de almuerzo para compartir, pensado para quienes quieren alargar la experiencia: “Tenemos un almuerzo que es para no tener tanta prisa, para poder respetarlo un poquito más. Se comparte con nuestros platos: ahí está la pelleta, el bull, el patonet, una fritura de pescado, una ensalada… Es un almuerzo-comida, después del almuerzo no tienes hambre”.

El restaurante ha incorporado, además, opciones pensadas para un público más joven o para quienes buscan algo más ligero: “También hemos incorporado un bol de frutas, unas tortitas con miel… No a todo el mundo le apetece un bocadillo a esas horas. A mí sí, a mí a las nueve y media ya me apetece ese bocadillo, pero al final tenemos un abanico para que toda la gente esté contenta”.

Una de las ideas centrales del discurso de Crespo es el compromiso con el producto de proximidad y el vínculo con el territorio. Embutidos, verduras, aceite y pescado se mueven en un radio muy corto: “Trabajamos con embutidos de empresas vecinas, de Teulada y Benissa. La verdura, las últimas que estamos recogiendo, es nuestra: tenemos una parte en Benimarco y otra parte en la Xara. Al igual que el aceite que utilizamos, que es nuestro, con la marca propia Oleum. Son todos productos nuestros. Proximidad, esto es cero, cero absoluto”.

El pescado llega a diario desde las lonjas de la comarca: “Todo lo que adquirimos lo adquirimos siempre en las lonjas que están aquí al lado, la de Calp y la de Moraira. Yo creo que en este momento nuestro cero es cero, cero”.

Durante la gala de Torrent se subrayó el peso creciente de la Marina Alta en la cultura del esmorzar. Crespo coincide con esa lectura y valora que los tres locales distinguidos de la provincia de Alicante sean de la comarca: “Allí se dijo que la Marina Alta está empujando, y mucho. Yo estoy contentísimo porque estábamos un poco olvidados, como València extrarradio, pero esta vez que seamos tres y que los tres restaurantes de toda la provincia de Alicante estemos en la Marina Alta es un orgullo”.

El empresario insiste en que el premio excede las paredes del establecimiento: “Este premio es de Benissa, es del pueblo, es de la gastronomía y es de mis compañeros de gastronomía de Benissa, que los recuerdo cada día”.

Detrás de cada almuerzo hay un trabajo previo que empieza mucho antes de que los clientes se sienten en la barra o en las mesas: “La cocina a las ocho ya empieza a trabajar. Se prepara nuestro pan, se preparan las ensaladas, se enciende la brasa los fines de semana, igual que tenemos la brasa todos los días a mediodía”.

Algunos platos, como el patonet, requieren varias horas de elaboración: “Esos patonets que te he comentado antes ya están hechos y requieren tres, cuatro o cinco horas de trabajo. Hay un trabajo detrás”.

Actualmente, el equipo está formado por ocho personas, incluso fuera de la temporada alta de verano: “Entre todos juegan su papel para poder tener ese almuerzo”.

El perfil de cliente que almuerza en El Rall es diverso. Crespo describe, a modo de ejemplo, una mañana cualquiera: “Ayer mismo había unos empresarios que hicieron un almuerzo más largo, hablando de sus negocios en una mesa apartada. Había unas chicas jóvenes que habían ido a hacer el paseo ecológico y se estaban comiendo su bocadillo a las diez y media. Unas personas belgas, clientes asiduos, igual que otros holandeses que vienen a por su bocadillo de pulpo, que les encanta”.

El público local sigue siendo clave: “Muchísima gente de Benissa, que también les agradezco que se desplacen de Benissa pueblo aquí a la Fustera. Sobre todo los fines de semana vienen a disfrutar de los almuerzos de aquí”.

Crespo enmarca el éxito de Benissa en un contexto más amplio, el de la oferta gastronómica del municipio: “Pienso que Benissa hoy por hoy es cuando mejor está gastronómicamente hablando, porque tiene una variedad inmensa. Se almuerza, se come y se cena muy bien en Benissa”.

A su juicio, el sector debe evitar miradas aisladas y apostar por una visión de conjunto: “No podemos ser individualistas en tema de gastronomía. Cuando te desplazas a un pueblo o a una zona, no vas a un solo sitio, sino a ver una variedad gastronómica. Van a poder disfrutar no solamente de un restaurante, sino de más sitios”.

Tras el galardón, el reto inmediato pasa por mantener la calidad y responder a la atención que trae el premio: “Sabemos lo difícil que es mantener el Cacau d’Or. No es solo el premio, hay que mantener la calidad cada día, cada fin de semana, y más ahora que sabemos que van a venir a vernos”.

En ese contexto, Crespo avanza la organización de un almuerzo especial del Cacau d’Or en El Rall: “El día 10 vamos a hacer un almuerzo especial del Cacau d’Or. Vamos a traer a gente conocida, como Jordi Moreira, que va a compartir fogones con Macarena, que es nuestra chef, y va a venir gente importante de la gastronomía para poder hacer una fiesta y un homenaje al almuerzo valencià”.

El empresario cierra la conversación con una invitación directa a quienes aún no han pasado por la Fustera a la hora del esmorzar: “Invitarlo a que venga, que pruebe esa ensalada mediterránea que hacemos y que disfrute el bocadillo del almuerzo que hacemos de platet, que creo que vale la pena. Y lo que tengo clarísimo es que, si lo prueba, nos vamos a ver más veces por aquí”.