Noticias de Llíber
Salvem la Vall lanza una campaña de pancartas contra la urbanización de la Muntanya Llarga en Llíber
La plataforma denuncia que las obras del PAI Medina Llíber continúan pese a no contar con concesión hídrica y alerta del riesgo de hechos consumados en pleno juicio
La Vall de Pop amanece desde esta semana salpicada de pancartas en carreteras, balcones y bancales. La Plataforma Salvem la Vall ha iniciado una campaña de protesta visible en el territorio para denunciar que el proyecto urbanístico de 488 chalés en Llíber sigue su curso sin autorización para el suministro de agua.
Salvem la Vall ha dado un paso más en su estrategia de oposición al PAI Medina Llíber con el despliegue de una campaña de pancartas reivindicativas a pie de calle. Las lonas, visibles ya desde la CV-750 y en puntos estratégicos de la comarca, protestan contra la continuidad de unas obras que, según viene denunciando la plataforma, carecen de concesión hídrica legal y se ejecutan sobre un paraje natural en pleno proceso judicial.
La plataforma ha denunciado públicamente que “la destrucción del paisaje de la Muntanya Llarga continúa desde hace dos años sin autorización de agua” y advierte que se está utilizando la dilación judicial como herramienta para ejecutar “una estrategia de hechos consumados”.
El proyecto urbanístico, aprobado en enero de 2021, contempla la construcción de 488 chalés en una zona sin suministro garantizado. Hace un año se anunció una concesión inminente, que fue contestada con 800 alegaciones vecinales. El inicio de ese expediente fue firmado por el entonces comisario de aguas, Marc García, quien pocos días después fue nombrado director general de Costas, Puertos y Aeropuertos de la Generalitat Valenciana.
Además, la plataforma recuerda que el actual alcalde de Llíber, José Juan Reus, está siendo juzgado estas semanas por presuntas irregularidades urbanísticas en su anterior mandato, donde se habrían aprobado hasta 300 viviendas ilegales a cambio de comisiones y regalos. “Es surrealista que a los mismos nombres del escándalo urbanístico de hace 20 años se les permita ahora destruir un paraje natural para levantar una urbanización sin agua”, han afirmado desde Salvem la Vall.
Las pancartas, muchas de ellas colgadas en balcones, avenidas y bancales, irán rotando de ubicación en los próximos meses para mantener viva la visibilidad de la protesta. Desde el colectivo se advierte además que las acciones se ampliarán a otros municipios de la comarca ante lo que consideran un patrón repetido de urbanismo depredador.
La campaña, que busca interpelar tanto a la ciudadanía como a las instituciones, aspira a frenar un desarrollo que “ni respeta el entorno, ni las normas básicas de sostenibilidad”. La Vall de Pop sigue siendo un escenario de resistencia frente a un modelo urbanístico que la plataforma considera “insostenible y desfasado”.

Salvem la Vall ha dado un paso más en su estrategia de oposición al PAI Medina Llíber con el despliegue de una campaña de pancartas reivindicativas a pie de calle. Las lonas, visibles ya desde la CV-750 y en puntos estratégicos de la comarca, protestan contra la continuidad de unas obras que, según viene denunciando la plataforma, carecen de concesión hídrica legal y se ejecutan sobre un paraje natural en pleno proceso judicial.
La plataforma ha denunciado públicamente que “la destrucción del paisaje de la Muntanya Llarga continúa desde hace dos años sin autorización de agua” y advierte que se está utilizando la dilación judicial como herramienta para ejecutar “una estrategia de hechos consumados”.
El proyecto urbanístico, aprobado en enero de 2021, contempla la construcción de 488 chalés en una zona sin suministro garantizado. Hace un año se anunció una concesión inminente, que fue contestada con 800 alegaciones vecinales. El inicio de ese expediente fue firmado por el entonces comisario de aguas, Marc García, quien pocos días después fue nombrado director general de Costas, Puertos y Aeropuertos de la Generalitat Valenciana.
Además, la plataforma recuerda que el actual alcalde de Llíber, José Juan Reus, está siendo juzgado estas semanas por presuntas irregularidades urbanísticas en su anterior mandato, donde se habrían aprobado hasta 300 viviendas ilegales a cambio de comisiones y regalos. “Es surrealista que a los mismos nombres del escándalo urbanístico de hace 20 años se les permita ahora destruir un paraje natural para levantar una urbanización sin agua”, han afirmado desde Salvem la Vall.
Las pancartas, muchas de ellas colgadas en balcones, avenidas y bancales, irán rotando de ubicación en los próximos meses para mantener viva la visibilidad de la protesta. Desde el colectivo se advierte además que las acciones se ampliarán a otros municipios de la comarca ante lo que consideran un patrón repetido de urbanismo depredador.
La campaña, que busca interpelar tanto a la ciudadanía como a las instituciones, aspira a frenar un desarrollo que “ni respeta el entorno, ni las normas básicas de sostenibilidad”. La Vall de Pop sigue siendo un escenario de resistencia frente a un modelo urbanístico que la plataforma considera “insostenible y desfasado”.
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