María Remedios Ribes Crespo: La cocina del recuerdo
María Remedios Ribes Crespo
María Remedios Ribes Crespo, la cocinera que alimentó generaciones con recuerdos y sabor tradicional en el colegio público 12 de Octubre de Benissa.
En un tiempo en que el pasado parece un delicado y sabroso plato que nunca volverá a cocinarse, una figura emerge de las memorias doradas de la infancia. María Remedios Ribes Crespo, fue una de las cocineras en el Colegio Público 12 de Octubre (hoy CEIP Manuel Bru). Ella, que ha visto transitar el tiempo, nos cuenta su historia entre fogones y risas de niños, en una localidad donde la tradición gastronómica y la educación han caminado de la mano.
"Muchos años, casi 40 años en el 12 de octubre", responde María Remedios cuando se le pregunta acerca de su tiempo cocinando en el colegio. Nacida en 1947, esta benissera inició su andadura en la cocina del colegio "cuando mis hijas eran pequeñas", recuerda. Un viaje que inició allá por 1974 o 1975, cuando una compañera, Julia, la convenció de sumarse al equipo de la cocina de este centro escolar en una época muy diferente a la actual.
Buscando evocar esos platos que marcaron a generaciones le preguntamos sobre el menú que solían ofrecer. Y María Remedios lo relata con claridad: "Lunes, macarrones con carne picada. Martes, guisado de carne con patatas, lentejas o judías. Miércoles, paella. Jueves, arroz al horno. Y el viernes, marinera". Un menú tradicional, hecho con mimo y pasión, que evoca un pasado donde todo se hacía a mano, desde la preparación hasta el lavado de platos.
Y es que, detrás de cada plato, había un equipo, un grupo de mujeres que daban todo de sí. "Allí estábamos. Julia y yo. Estaba Laura. Luego estaba una mujer llamada Rosa, que también venía a veces a fregar. Maria de Blai, que también venía a fregar". Las historias que se cocieron en esa cocina son incontables y, como relata María Remedios, siempre estaban listas para atender a los "niños que querían repetir".
La nostalgia embarga cuando se menciona a los niños que pasaron por el colegio y que aún recuerdan aquellos días: "Estaba en una tienda el otro día y un chico me ve y dice... ¿Te acuerdas de mí?". Aunque es un desafío recordar a cada uno de los estudiantes que saborearon sus platos y sintieron su cariño, en el corazón y memoria de esta excepcional mujer, resplandecen los recuerdos de muchos de ellos.
Esta es la historia de una mujer que, con sus manos y su corazón, alimentó a muchos estudiantes, llevando siempre en su receta el sabor de lo tradicional y la esencia de un pasado cuya influencia perdura a través del tiempo en los recuerdos compartidos.

En un tiempo en que el pasado parece un delicado y sabroso plato que nunca volverá a cocinarse, una figura emerge de las memorias doradas de la infancia. María Remedios Ribes Crespo, fue una de las cocineras en el Colegio Público 12 de Octubre (hoy CEIP Manuel Bru). Ella, que ha visto transitar el tiempo, nos cuenta su historia entre fogones y risas de niños, en una localidad donde la tradición gastronómica y la educación han caminado de la mano.
"Muchos años, casi 40 años en el 12 de octubre", responde María Remedios cuando se le pregunta acerca de su tiempo cocinando en el colegio. Nacida en 1947, esta benissera inició su andadura en la cocina del colegio "cuando mis hijas eran pequeñas", recuerda. Un viaje que inició allá por 1974 o 1975, cuando una compañera, Julia, la convenció de sumarse al equipo de la cocina de este centro escolar en una época muy diferente a la actual.
Buscando evocar esos platos que marcaron a generaciones le preguntamos sobre el menú que solían ofrecer. Y María Remedios lo relata con claridad: "Lunes, macarrones con carne picada. Martes, guisado de carne con patatas, lentejas o judías. Miércoles, paella. Jueves, arroz al horno. Y el viernes, marinera". Un menú tradicional, hecho con mimo y pasión, que evoca un pasado donde todo se hacía a mano, desde la preparación hasta el lavado de platos.
Y es que, detrás de cada plato, había un equipo, un grupo de mujeres que daban todo de sí. "Allí estábamos. Julia y yo. Estaba Laura. Luego estaba una mujer llamada Rosa, que también venía a veces a fregar. Maria de Blai, que también venía a fregar". Las historias que se cocieron en esa cocina son incontables y, como relata María Remedios, siempre estaban listas para atender a los "niños que querían repetir".
La nostalgia embarga cuando se menciona a los niños que pasaron por el colegio y que aún recuerdan aquellos días: "Estaba en una tienda el otro día y un chico me ve y dice... ¿Te acuerdas de mí?". Aunque es un desafío recordar a cada uno de los estudiantes que saborearon sus platos y sintieron su cariño, en el corazón y memoria de esta excepcional mujer, resplandecen los recuerdos de muchos de ellos.
Esta es la historia de una mujer que, con sus manos y su corazón, alimentó a muchos estudiantes, llevando siempre en su receta el sabor de lo tradicional y la esencia de un pasado cuya influencia perdura a través del tiempo en los recuerdos compartidos.
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