Benissa y la tasa turística

En política estamos abordando últimamente problemas actuales con mentalidades y soluciones que bien parecen de años atrás o directamente del siglo pasado y es que nos falta audacia. Vaya por delante que la Tasa Turística en nuestra Comunidad que se pretende implantar a la que se refiere este artículo, no es más que una absurda mascarada por su diferimiento voluntario en su entrada en vigor y porque solo alcanza en su aplicación a establecimientos hoteleros. Recientemente hemos asistido a la polémica tramitación en la Cortes Valencianas para la implantación de este tributo con encendidas opiniones en favor y en contra. Un tributo que, de aplicarse por los Ayuntamientos de nuestra Comunidad incrementaría directamente sus ingresos, casi siempre dependientes del Estado o de la Comunidad Autónoma.

La tasa turística como cualquier otra tasa, deriva de la prestación de un servicio por parte de los ayuntamientos o del uso y aprovechamiento del dominio público por parte de los ciudadanos y las empresas.

Resulta hasta entendible que muchos alcaldes prefieran no aplicarla en sus municipios porque directamente no son destinos turísticos, pero existen otros municipios que sí lo son porque basan su economía principalmente en el turismo. A ningún ciudadano se le puede privar de la práctica del turismo, antes, al contrario, de facto ha devenido en un derecho, pero los destinos turísticos de éxito tienen una capacidad de carga limitada en forma de ocupación del territorio y de consumo de bienes públicos y de servicios. Así lo han entendido países como Portugal, Italia o Croacia, comunidades autónomas como Cataluña o las Islas Baleares o ciudades como Ámsterdam o Venecia.

Los presupuestos que cada año aprueba el Ayuntamiento de Benissa y que incluyen en su órbita a la empresa pública de limpieza Benissa Impuls, se llevan a cabo para atender un determinado nivel de uso de bienes y de servicios  tales como limpieza de playas y calas, calles, caminos, socorristas, policía, recogida de basura, mantenimiento de viales, alumbrado, agua potable etc., y estos consumos y servicios los pagamos los benisseros y benisseras y nadie más, sin embargo desde hace un tiempo venimos recibiendo un aluvión de turistas y no solo en periodo  estival, que indudablemente incrementan el uso y consumo de nuestros bienes y servicios y mucho me temo que esta situación irá “ in crescendo”.

Existe por otro lado otra circunstancia que no debemos olvidar y es que este fenómeno del turismo masivo nos debe hacer reflexionar de forma inmediata sobre el modelo de turismo que actualmente tenemos y el que queremos en el futuro para Benissa pues bien podemos “morir de éxito” con nuestras playa, calas y montañas icónicas abarrotadas mientras nuestro tradicional turista fidelizado y rentable y aun los propios benisseros y benisseras huyen de la masificación.

En democracia nada debería ser gratuito salvo la educación, la sanidad, la prestación asistencial, la justicia y el servicio de orden público. Es un error que el uso de determinados bienes, servicios y actividades que acometemos los ciudadanos no cubra al menos un simbólico coste, aunque a nadie le guste pagar tributos. La tasa turística y el uso y la prestación de servicios turísticos son una oportunidad para generar ingresos públicos y al tiempo lanzar un mensaje al turista sobre la calidad de nuestro destino turístico si verdaderamente nos importa. Nos toca decidir si repercutimos el coste o irremediablemente vemos deteriorados nuestros bienes y servicios que directamente afectan al turismo.

Vicent Cabrera Cabrera. Secretario General del PSPV-PSOE Benissa.