Benissa y las drogas
En Benissa, al igual que ocurre en muchos (por no decir todos) los municipios, el problema de las drogas no están en desiertos remotos ni en montañas lejanas.
Que alguno todavía me achacará que he utilizado la frase de Aznar, para empezar mi escrito, me da exactamente igual, sinceramente la he utilizado porque me pareció la mejor frase para decir que en Benissa muchos sabemos lo que pasa, pero todos miramos para otro lado como si la cosa no fuera con nosotros.
La juventud es la época de fumarse un porro, de meterse unas rayas, de tomarse unas pastillas, o lo que pillen, que para eso son jóvenes y hay que probar de todo para poder opinar después acerca de las drogas.
Esta frase tan tópica y típica, es lo que se suele decir para intentar minimizar el problema real de las drogas que consumen nuestros jóvenes hoy en día.
Es tan extendido el problema que hasta incluso los mismos vigilantes de que la ley se cumpla, han terminado consumiendo, o traficando como el que más, eso sí, solo un pequeño número, porque al fin y al cabo son personas como todos.
Y después están los otros, los que no son tan jóvenes:
Políticos, empresarios, médicos, trabajadores, parados, podríamos enumerar a todos los perfiles de la ciudadanía y siempre encontraríamos algún caso donde el consumo de drogas ha aparecido en un momento u otro.
Pero claro, falta coraje, por no decir faltan huevos (que no “manda huevos”) para atajar el problema de raíz y darle una solución radical.
Elijan: La erradicación total o la legalización ¿Con cual se quedan?
Mi respuesta es: En este mundo traidor nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira
En Benissa, al igual que ocurre en muchos (por no decir todos) los municipios, el problema de las drogas no están en desiertos remotos ni en montañas lejanas.
Que alguno todavía me achacará que he utilizado la frase de Aznar, para empezar mi escrito, me da exactamente igual, sinceramente la he utilizado porque me pareció la mejor frase para decir que en Benissa muchos sabemos lo que pasa, pero todos miramos para otro lado como si la cosa no fuera con nosotros.
La juventud es la época de fumarse un porro, de meterse unas rayas, de tomarse unas pastillas, o lo que pillen, que para eso son jóvenes y hay que probar de todo para poder opinar después acerca de las drogas.
Esta frase tan tópica y típica, es lo que se suele decir para intentar minimizar el problema real de las drogas que consumen nuestros jóvenes hoy en día.
Es tan extendido el problema que hasta incluso los mismos vigilantes de que la ley se cumpla, han terminado consumiendo, o traficando como el que más, eso sí, solo un pequeño número, porque al fin y al cabo son personas como todos.
Y después están los otros, los que no son tan jóvenes:
Políticos, empresarios, médicos, trabajadores, parados, podríamos enumerar a todos los perfiles de la ciudadanía y siempre encontraríamos algún caso donde el consumo de drogas ha aparecido en un momento u otro.
Pero claro, falta coraje, por no decir faltan huevos (que no “manda huevos”) para atajar el problema de raíz y darle una solución radical.
Elijan: La erradicación total o la legalización ¿Con cual se quedan?
Mi respuesta es: En este mundo traidor nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira




















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