Relatos y escritos
El banquero
Hoy se abre una nueva sección. Intentaremos que cada fin
de semana nos acerque a esos relatos y escritos interesantes que los navegantes
de Internet de vez en cuando nos encontramos por la red.
Lectura fácil y amena para nuestros lectores.
Hoy traemos a este rincón de la lectura una historia que nos
deja una moraleja final:
El banquero
Una tarde un famoso banquero
iba en su limusina cuando vio a dos hombres a la orilla de la carretera
comiendo césped.
Preocupado, ordenó a su chofer detenerse y bajó a
investigar.
Le preguntó a uno de ellos:
- ¿Por qué
están comiéndose el césped?
- No tenemos
dinero para comida. - dijo el pobre hombre - Por eso tenemos que comer césped.
- Bueno, entonces vengan a mi casa que yo los alimentaré -
dijo el banquero.
- Gracias, pero tengo esposa y dos hijos conmigo. Están
allí, debajo de aquél árbol.
- Que vengan también, - dijo nuevamente el banquero.
Volviéndose al otro pobre hombre le dijo:
- Ud. también puede venir.
El hombre, con una voz lastimosa dijo:
- Pero, Sr., yo también tengo esposa y seis hijos conmigo!
- Pues que vengan también. - respondió el banquero.
Entraron todos en el enorme y lujoso coche. Una vez en
camino, uno de los hombres miró al banquero y le dijo:
- Sr., es usted muy bueno. Muchas gracias por llevarnos a
todos!!!
El banquero le contestó: -¡Hombre, no tenga vergüenza, soy
muy feliz de hacerlo!.
Les va a encantar mi casa.... ¡El césped está como de veinte
centímetros de alto!
Moraleja:
Cuando creas que un banquero te está ayudando, piénsalo
dos veces.
Texto leido en:http://www.sigojoven.com/grupos/relaros_y_escritos/articulo
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Hoy traemos a este rincón de la lectura una historia que nos deja una moraleja final:
El banquero
Una tarde un famoso banquero
iba en su limusina cuando vio a dos hombres a la orilla de la carretera
comiendo césped.
Preocupado, ordenó a su chofer detenerse y bajó a investigar.
Le preguntó a uno de ellos:
- ¿Por qué están comiéndose el césped?
- No tenemos dinero para comida. - dijo el pobre hombre - Por eso tenemos que comer césped.
- Bueno, entonces vengan a mi casa que yo los alimentaré - dijo el banquero.
- Gracias, pero tengo esposa y dos hijos conmigo. Están allí, debajo de aquél árbol.
- Que vengan también, - dijo nuevamente el banquero.
Volviéndose al otro pobre hombre le dijo:
- Ud. también puede venir.
El hombre, con una voz lastimosa dijo:
- Pero, Sr., yo también tengo esposa y seis hijos conmigo!
- Pues que vengan también. - respondió el banquero.
Entraron todos en el enorme y lujoso coche. Una vez en camino, uno de los hombres miró al banquero y le dijo:
- Sr., es usted muy bueno. Muchas gracias por llevarnos a todos!!!
El banquero le contestó: -¡Hombre, no tenga vergüenza, soy muy feliz de hacerlo!.
Les va a encantar mi casa.... ¡El césped está como de veinte centímetros de alto!
Moraleja:
Cuando creas que un banquero te está ayudando, piénsalo dos veces.
Texto leido en:http://www.sigojoven.com/grupos/relaros_y_escritos/articulo




















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