“gozan del derecho de sufragio activo en las elecciones municipales los residentes extranjeros en España ...”
Una democracia más creible
Cuando hablamos de democracia, inmediatamente nos viene la imagen de una parte de la misma, quizá la más representativa, una persona depositando una papeleta en la urna, el derecho a sufragio tanto activo como pasivo.
La sociedad actualmente y al hablar de países tan divergentes como Libia, o Cuba, que tienen en común solo el hecho de ser dictaduras, concibe de una amoralidad aberrante el hecho de ser gobernados de forma no democrática, sin sus ciudadanos poder participar en su gobierno, sin poder expresar políticamente su conformidad o disconformidad, en definitiva sin poder tomar parte de las riendas de esos países.
En el caso español, afortunadamente ahora mismo nos resulta bastante lejano y al leer esto ustedes también probablemente piensen en otras épocas de nuestra historia, historia, por cierto muy rica en reyes déspotas e infames dictadores.
Nos abordan las elecciones municipales, empiezan a ganar protagonismo en las mismas páginas de este periódico. El olor a democracia empieza a emanar en cada
tertulia, en cada bar, en cada calle. Son las elecciones donde se eligen a los representantes más cercanos al ciudadano, los de su propio ayuntamiento.
Y no es lejano, valga la comparación, sino que es actual, que hoy en día hay miles de personas, las cuales solo son sujetos pasivos de las políticas de nuestros gobernantes.
Me refiero a los extranjeros extracomunitarios (ya que estos tienen reconocido el voto en las municipales en virtud de los diversos tratados firmados por España) en situación regular, que trabajan, aportan a la seguridad social, pagan sus impuestos, a ellos les afectan los cambios en las leyes, como a los nacionales, pero no pueden expresar democráticamente su punto de vista, no se les reconoce este derecho por su condición personal de extranjeros. Tienen las mismas obligaciones que cualquiera, pero tienen menos derechos.
La Ley Electoral establece una redacción clara al respecto: “gozan del derecho de sufragio activo en las elecciones municipales los residentes extranjeros en España cuyos respectivos países permitan el voto a los españoles en dichas elecciones, en los términos de un tratado”
Pienso, que no se debería supeditar este derecho a la firma de ningún tratado de reciprocidad, por contra; estoy firmemente convencido que este precepto debería de ser modificado, puesto que no responde a las necesidades actuales de la sociedad, una sociedad mucho mas multicultural y heterogénea.
Creo conveniente el reconocimiento de este derecho a los extranjeros, siempre con requisitos, estableciéndose un baremo de requisitos (residencia continuada y legal en España durante un tiempo determinado, ausencia de antecedentes penales).
Creo que un cambio en este sentido, contribuiría en darle mucha más credibilidad a nuestra democracia, haciéndola más plena y más representativa de lo que es actualmente nuestra sociedad.
Cuando hablamos de democracia, inmediatamente nos viene la imagen de una parte de la misma, quizá la más representativa, una persona depositando una papeleta en la urna, el derecho a sufragio tanto activo como pasivo.
La sociedad actualmente y al hablar de países tan divergentes como Libia, o Cuba, que tienen en común solo el hecho de ser dictaduras, concibe de una amoralidad aberrante el hecho de ser gobernados de forma no democrática, sin sus ciudadanos poder participar en su gobierno, sin poder expresar políticamente su conformidad o disconformidad, en definitiva sin poder tomar parte de las riendas de esos países.
En el caso español, afortunadamente ahora mismo nos resulta bastante lejano y al leer esto ustedes también probablemente piensen en otras épocas de nuestra historia, historia, por cierto muy rica en reyes déspotas e infames dictadores.
Nos abordan las elecciones municipales, empiezan a ganar protagonismo en las mismas páginas de este periódico. El olor a democracia empieza a emanar en cada
tertulia, en cada bar, en cada calle. Son las elecciones donde se eligen a los representantes más cercanos al ciudadano, los de su propio ayuntamiento.
Y no es lejano, valga la comparación, sino que es actual, que hoy en día hay miles de personas, las cuales solo son sujetos pasivos de las políticas de nuestros gobernantes.
Me refiero a los extranjeros extracomunitarios (ya que estos tienen reconocido el voto en las municipales en virtud de los diversos tratados firmados por España) en situación regular, que trabajan, aportan a la seguridad social, pagan sus impuestos, a ellos les afectan los cambios en las leyes, como a los nacionales, pero no pueden expresar democráticamente su punto de vista, no se les reconoce este derecho por su condición personal de extranjeros. Tienen las mismas obligaciones que cualquiera, pero tienen menos derechos.
La Ley Electoral establece una redacción clara al respecto: “gozan del derecho de sufragio activo en las elecciones municipales los residentes extranjeros en España cuyos respectivos países permitan el voto a los españoles en dichas elecciones, en los términos de un tratado”
Pienso, que no se debería supeditar este derecho a la firma de ningún tratado de reciprocidad, por contra; estoy firmemente convencido que este precepto debería de ser modificado, puesto que no responde a las necesidades actuales de la sociedad, una sociedad mucho mas multicultural y heterogénea.
Creo conveniente el reconocimiento de este derecho a los extranjeros, siempre con requisitos, estableciéndose un baremo de requisitos (residencia continuada y legal en España durante un tiempo determinado, ausencia de antecedentes penales).
Creo que un cambio en este sentido, contribuiría en darle mucha más credibilidad a nuestra democracia, haciéndola más plena y más representativa de lo que es actualmente nuestra sociedad.




















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