Mª Consuelo Femenía Molines
El tigre de Sandokán, y la taxidermia en Benissa
Un 12 de mayo de 1939, nacía en Benissa, una de las personas que marcaría una parte imborrable del recuerdo de muchos vecinos, por su peculiar profesión, que sin duda le reportó en aquellos años de mediados de los 70 y hasta bien entrado los 80, una fama que le llevó incluso ha realizar un trabajo, que la revista Garbo llevó a sus páginas.
![[Img #1877]](upload/img/periodico/img_1877.jpg)
Mª Consuelo Femenía Molines, conocida vecina de la
población, hoy transcurre su vida de forma bohemia del mundo que le rodea, y
sus recuerdos le acompañan en las cajas que ella guarda con tanto recelo, donde
las cientos y cientos de misivas que aun conserva de las personas que se
carteaban con ella, siguen ahí, como testigos de un tiempo que fue. Se pueden leer
ojeando algunas de ellas, las múltiples preguntas que recibía, acerca de su
profesión que fue durante muchos años la practica de la taxidermia. Por
supuesto guarda fotos, y otros muchos recuerdos.
El curso de taxidermista, le costo en aquel entonces 700
pesetas, a través de la aún vigente escuela: Jungla (de Madrid). Consuelo se
matriculo un 5 de junio de 1973.
La taxidermia, es el arte de disecar animales para
conservarlos con apariencia de vivos y facilitar así su exposición estudio y
conservación
Aunque empezó tardíamente, pues fue a los 33 años cuando dio
comienzo de forma oficiosa esta labor, la llamada a este arte, le sobrevino cuando tenía siete años, y tras la muerte de
un canario de su tía Josefa Fluxa, Consuelo lo “abrió” metiéndole algodón
dentro para intentar conservarlo, y desde ahí comenzó su afición a este mundo
de la taxidermia
De igual modo que esta profesión le trajo muchas alegrías, también se encontró
con los problemas que los múltiples animales con los que ella trabajaba, le
ocasionaron, pues eran por aquel entonces, al igual que ahora, muchos de ellos,
animales protegidos, y todo se tenía que
hacer con los permisos necesarios.
A través del Seprona, fue denunciada por tratar con especies
protegidas, con un total de por aquel
entonces: 3.000.000 millones de las antiguas pesetas. En su favor, y tras la
defensa de su abogado, finalmente la causa fue archivada, sin que tuviese que
pagar sanción alguna.
Los animales que ella trabajaba, le venían a través de
particulares (sobre todo cazadores), e incluso el mismísimo Safari Park la
contrató en múltiples ocasiones.
De sus trabajos más famosos y que mejor recuerdo conserva,
son dos en concreto:
La jirafa que el Safari Park le hizo llegar y que tras un
mes de trabajo, cobró la nada despreciable cantidad de 60.000 pesetas.
Y el famoso tigre que la revista Garbo saco en sus páginas,
llamado Trosky.
“El tigre de Sandokán llegó al Altet para ser disecado”. Así
rezaba el titular de la noticia en la revista en su edición número 1.299 del 22
de marzo de 1978.
Donde también se podía leer:“El fallecido tigre Trosky, fue
el pionero en los platos hindúes, junto al famoso Sandokan protagonizó las
mejores secuencias de las historia aventuresca de Emilio Salgari”
Por este trabajo, Cosuelo cobraría 50.000 pesetas, siendo
muchos los benisseros que pasarían por su taller para poder ver este
maravilloso ejemplar de la taxidermia.
Mª Consuelo Femenía Molines, una mujer que vive hoy en su
mundo de recuerdos, de sueños… de un tiempo que para muchos, al menos para
ella, fue mejor.
Galería de imagenes:
![[Img #1877]](upload/img/periodico/img_1877.jpg)
Mª Consuelo Femenía Molines, conocida vecina de la población, hoy transcurre su vida de forma bohemia del mundo que le rodea, y sus recuerdos le acompañan en las cajas que ella guarda con tanto recelo, donde las cientos y cientos de misivas que aun conserva de las personas que se carteaban con ella, siguen ahí, como testigos de un tiempo que fue. Se pueden leer ojeando algunas de ellas, las múltiples preguntas que recibía, acerca de su profesión que fue durante muchos años la practica de la taxidermia. Por supuesto guarda fotos, y otros muchos recuerdos.
El curso de taxidermista, le costo en aquel entonces 700 pesetas, a través de la aún vigente escuela: Jungla (de Madrid). Consuelo se matriculo un 5 de junio de 1973.
La taxidermia, es el arte de disecar animales para conservarlos con apariencia de vivos y facilitar así su exposición estudio y conservación
Aunque empezó tardíamente, pues fue a los 33 años cuando dio comienzo de forma oficiosa esta labor, la llamada a este arte, le sobrevino cuando tenía siete años, y tras la muerte de un canario de su tía Josefa Fluxa, Consuelo lo “abrió” metiéndole algodón dentro para intentar conservarlo, y desde ahí comenzó su afición a este mundo de la taxidermia
De igual modo que esta profesión le trajo muchas alegrías, también se encontró con los problemas que los múltiples animales con los que ella trabajaba, le ocasionaron, pues eran por aquel entonces, al igual que ahora, muchos de ellos, animales protegidos, y todo se tenía que hacer con los permisos necesarios.
A través del Seprona, fue denunciada por tratar con especies protegidas, con un total de por aquel entonces: 3.000.000 millones de las antiguas pesetas. En su favor, y tras la defensa de su abogado, finalmente la causa fue archivada, sin que tuviese que pagar sanción alguna.
Los animales que ella trabajaba, le venían a través de particulares (sobre todo cazadores), e incluso el mismísimo Safari Park la contrató en múltiples ocasiones.
De sus trabajos más famosos y que mejor recuerdo conserva, son dos en concreto:
La jirafa que el Safari Park le hizo llegar y que tras un mes de trabajo, cobró la nada despreciable cantidad de 60.000 pesetas.
Y el famoso tigre que la revista Garbo saco en sus páginas, llamado Trosky.
“El tigre de Sandokán llegó al Altet para ser disecado”. Así rezaba el titular de la noticia en la revista en su edición número 1.299 del 22 de marzo de 1978.
Donde también se podía leer:“El fallecido tigre Trosky, fue el pionero en los platos hindúes, junto al famoso Sandokan protagonizó las mejores secuencias de las historia aventuresca de Emilio Salgari”
Por este trabajo, Cosuelo cobraría 50.000 pesetas, siendo muchos los benisseros que pasarían por su taller para poder ver este maravilloso ejemplar de la taxidermia.
Mª Consuelo Femenía Molines, una mujer que vive hoy en su mundo de recuerdos, de sueños… de un tiempo que para muchos, al menos para ella, fue mejor.
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